miércoles, 26 de noviembre de 2008

¿Crisis?


¿Qué conferencista logra hoy colmar un auditorio de 2500 ejecutivos y empresarios, muchos con sus mujeres e hijos, y hablar durante una hora y media sin que vuele una mosca.

Fernando Parrado, uno de los 16 sobrevivientes de la tragedia de los Andes, a 36 años de aquella historia que asombró al mundo, consiguió anteayer más que eso: conmover a un foro de negocios y capacitación empresarial al transmitir las simples moralejas que le dejaron vivir 72 días en plena Cordillera sin agua ni comida.

Fue durante la jornada de cierre de Expo Management 2008. Su presentación, un monólogo sin golpes bajos acompañado por videos e imágenes de la montaña, tuvo dos etapas bien diferentes. En la primera narró, con un relato íntimo repleto de anécdotas, los momentos que lo marcaron de aquella odisea a 4000 metros de altura en la que perdió a buena parte de sus amigos, además de su madre y su hermana. “¿Cómo es posible sobrevivir donde no se sobrevive?”, se preguntó.

"Sobrevivimos porque hubo liderazgos, toma de decisiones y espíritu de equipo, porque nos conocíamos desde mucho antes”, dijo.

Y arrojó un primer disparador. “En la vida el factor suerte es fundamental. Cuando llegué al aeropuerto de Montevideo no daban número de asiento para el avión. A mí me tocó, de casualidad, la fila 9, junto a mi mejor amigo. Cuando el avión chocó en la montaña, se partió en dos. De la fila 9 para atrás no quedó nada. Los 29 sobrevivientes al primer impacto viajaban en la parte que quedó a salvo.”

“De ellos”, dijo, “24 no sufrieron un rasguño. Así, los menos shockeados empezaron a ayudar, actuando como un verdadero equipo. Administramos barritas de chocolate y maní al punto de comer un grano por horas cada uno. Marcelo, nuestro capitán y líder, asumió su rol para contenernos cuando lepreguntábamos qué pasaba que no llegaba el rescate. Decidimos aguantar.”

“Pero días después el líder se desmoronó. La radio trajo la noticia de que había concluido el rescate. ¿Cómo hubieran reaccionado ustedes?” desafió a la audiencia. “El líder se quiebra, se deprime y deja de serlo. Imagínense que yo cierro esta sala, bajo la temperatura a -14 grados sin agua ni comida a esperar quién muere primero.” Silencio estremecedor de la primera a la última fila.

 “Ahí me di cuenta de que al universo no le importa qué nos pasa. Mañana saldrá el sol y se pondrá como siempre. Por lo tanto, tuvimos que tomar decisiones.

 En la noche 12 o 13 nos dijimos con uno de los chicos: «¿Qué estás pensando?» «Lo mismo que vos. Tenemos que comer, y las proteínas están en los cuerpos.» Hicimos un pacto entre nosotros, era la única opción. Nos enfrentamos a una verdad cruda e inhumana.”

 Desde la primera fila, decenas de chicos llevados por sus padres escuchaban boquiabiertos. Parrado apeló a conceptos típicos del mundo empresarial. “Hubo planificación, estrategia, desarrollo. Cada uno empezó a hacer algo útil, que nos ayudara a seguir vivos: zapatos, bastones, pequeñas expediciones humanas. Fuimos conociendo nuestra prisión de hielo.”

 “Hasta que me eligieron para la expedición final, porque la montaña nos estaba matando, nos debilitaba, se nos acababa la comida. Subí aterrado a la cima de la montaña con Roberto Canessa. Pensábamos ver desde allí los valles verdes de Chile y nos encontramos con nieve y montañas a 360 grados. Ahí decidí que moriría caminando hacia algún lugar.”

Entonces sobrevino el momento más inesperado. “Esta no es la historia que vine a contar”, avisó. Y contó que su verdadera historia empezó al regresar a su casa, sin su madre y su hermana, sin sus amigos de la infancia y con su padre en pareja nuevamente.

 “¿Crisis? ¿De qué crisis me hablan? ¿Estrés? ¿Qué estrés? Estrés es estar muerto a 6000 metros de altura sin agua ni comida”, enfatizó.

 Recordó un diálogo fundamental que tuvo con su padre, que le dijo: “Mirá para adelante, andá tras esa chica que te gustaba, tené una vida, trabajá. Yo cometí el error de no decirle a tu madre tantas cosas por estar tan ocupado”.

 Y cerró, determinado: “Las empresas son importantes, el trabajo lo es, pero lo verdaderamente valioso está en casa después de trabajar: la familia. No se olviden de quien tienen al lado, porque no saben lo que va a pasar mañana.”

Una interminable ovación lo despidió de pie…        

17 comentarios:

Anónimo dijo...

la historia de estas personas siempre me conmueve, alguno de ellos era cercano a mi familia, yo nací en montevideo

SILVIA dijo...

NO PUDE MENOS QUE EMOCIONARME AL LEERLO,REALMENTE UNA EXPERIENCIA EXTREMA DE VIDA, PERO QUE SIN DUDA HOY NOS DEJA UN MENSAJE MAS QUE IMPORTANTE¡¡¡¡
UN BESO GRANDE

Anónimo dijo...

Hola amiga, conozco la historia, siempre que sale una entrevista de ellos la veo, es una experiencia de la cual sacaron una gran lección y lo mejor es que lo transmiten al mundo para que también tengamos la oportunidad de reflexionar sobre la manera de ver las cosas teniendo todo y no estando a punto de morir en un ambiente inclemente. Excelente post, besitos!!

icue dijo...

Es una historia importante para aprender a afrontar las contrariedades de la vida, aveces nos quejamos de cosas pequeñas, sin pensar en lo mucho que a otros se les pide.
Saludos

Natalia dijo...

Que buen final, sin palabras...se nota que luego de todo lo que vivio y del sufrimiento aprendio lo que es el amor, y lo que realmente hay que valorar en esta vida...la familia es todo, lo demas es secundario....besos!!!

tia elsa dijo...

Realmente dejó un mensaje único, nos afanamos tanto en pos de lo material,cuando lo único verdadero está en los afectos, besos tía Elsa.

Julie dijo...

Realmente, me quedé sin palabras.
Se me puso la piel de gallina!
Desde aquí también lo aplaudo, de pie.

CRIS dijo...

El instinto vital es impresionante...

Esta historia es de las que ponen la piel de gallina...si la piensas racionalmente, yo, por lo menos, creo que no hubiera aguantado...pero, hay que estar ahí, y vivirlo...como él dice..."nunca sabes qué puede pasar" o como tu instinto va a reaccionar.

Me uno al aplauso

Besos

Anónimo dijo...

Simlemente impresionante, no conocía la historia, está claro que como dice el anuncio: el ser humano es extraodinario...
Saludos

Joana dijo...

Una conmovedora historia! y muchas cosas que aprender de estas personas.
que triste...

Besos.

Desire dijo...

Gracias a todos por dejar sus comentarios, a mi tambien me impresiona mucho siempre esta historia. Por eso quise compartirlo con todos ya que para mi es una leccion de vida. A veces no sabemos como seriamos capaces de reaccionar ante este tipo de situaciones. Pero lo verdaderamente valioso esta en nuestra familia.

FUNDADORA DE TACITAS DE TE - FRANCIA dijo...

De verdad queria decirte que se me salieron las làgrimas porque a veces estamos tan dispersos con la vida cotidiana que no valoramos los seres queridos..un Sr le decia a mi hijo : no te canses de decirle a tu madre que la amas porque la mia se me fué y no fui lo suficientemente especial para decirselo....y la gente habla y habla contagiando el mundo entero cuando al menos se tiene techo, comida y la familia al lado! un abrazo con un tesito bien calientico!

Militos dijo...

hOLA DESIRE, QUE HISTORIA MÁS IMPRESIONANTE. También se ve la importancia de un lider, pero lo malo es ellos son como los demás mortales y se vienen a bajo.
Y al final la familia es la que nunca está en crisis. Me ha gustado mucho.
Besitos

Luis y Mª Jesús dijo...

He quedado como esa audiencia, impresionada y boquiabierta, aprendiendo. Gracias.
Un beso
María Jesús

ARCENDO dijo...

Impresionante, sin palabras. Besos.

Guerrera de la LUZ dijo...

Ufff... esta historia nos impactó a todos en su día y seguirá impactando a lo largo del tiempo, es fortísima.

Gracias x recordarla, no debe morir, es un aprendizaje brutal.

Besitos Desiré.

Anónimo dijo...

Este gran hombre ha canalizado de una manera muy positiva una experiencia extremadamente negativa y shockeante para cualquier ser humano...

Lo que dice del estrés es muy cierto... por donde uno mire hay gente con estrés y licencias médicas recetando descanso y tranquilidad. Uno se estresa por todas las responsabilidad con las que debemos lidiar cada día, y si te fijas bien, nuestro "problemas" son muy pequeñitos al lado de lo Fernando vivió, quien tuvo que luchar por su vida.

Un beso Desire!